jueves, 2 de mayo de 2013

La Ilegalidad



ANÁLISIS DE PONENCIAS DEL VIII SEMINARIO INTERNACIONAL DE TEORÍA GENERAL DEL DERECHO-TGD “CINE Y DERECHO
2. La Ilegalidad
Aunque no pude estar en toda la segunda ponencia dictada por la profesara Mabel Londoño sobre la película: “Los colores de la montaña: la participación ciudadana en contextos violentos”, me pareció muy interesante y pienso que se podría complementar con la ponencia de “Batman[1] y el Derecho”, que estuvo a cargo del  cargo del profesor Felipe Osorio. Ambas nos llevan a la reflexión sobre el Para-Estado. Si bien en los Colores de la Montaña se muestra más como el fenómeno de la guerra política en Colombia ha generado prácticas tan graves como las minas antipersonas, los homicidios, las torturas y el desplazamiento forzado y como los niños son principales victimas y afectados de forma casi irreparable por estos hechos delictivos, la película también nos lleva a observar una grave situación que se ha producido y que analógicamente algunos pueden comparar con Batman y es el surgimiento de los grupos paramilitares[2]. Desde comienzos de la década de los sesenta la Fuerza Pública y los organismos de seguridad del Estado han sido formados bajo los parámetros de la doctrina de la Seguridad Nacional y la aplicación de los fundamentos del Conflicto de baja intensidad. Dentro de tal propósito se han implementado mecanismos prestos a la eliminación del "enemigo interno", representado en la existencia del comunismo, la subversión o la guerrilla de las FARC o ELN. Así, en el marco de dicha estrategia a comienzos de la misma década se recomienda por parte de asesores militares norteamericanos la conformación de organizaciones de "tipo antiterrorista" y para la "lucha anticomunista". Actualmente a pesar de los procesos de desmovilización se constata cómo los grupos paramilitares con el claro propósito de actuar en la defensa y protección de intereses políticos, de proyectos económicos minería ilegal y explotación de recursos naturales como el petróleo y el carbón y la defensa de sectores vinculados a la actividad agropecuaria y al narcotráfico siguen dominando territorios desde la ilegalidad.
Federico Hoyos de la Universidad Eafit se ha acercado a su esencia y propone que se debe diferenciar entre el partisanismo y la guerra de guerrillas, entendidos como formas de combate y como forma de guerra, respectivamente. El diccionario de la Real Academia define al partisano como: “Miembro de un grupo armado de gente civil, organizado para combatir un ejército ocupante, o contra las autoridades de su propio país. “La guerra de guerrillas es simplemente una técnica primitiva de combate posible por el compromiso apasionado del pueblo con una causa nacional urgente” Para Hoyos las nuevas agrupaciones siguen siendo ilegales pero no paramilitares ya que no transgreden la ley estatal por estar en desacuerdo con ella sino por el usufructo de las actividades ilícitas que desempeñan infringiéndola. Argumenta que Schmitt atribuye como elemento distintivo al partisano su claridad con respecto a un enemigo por lo que para él las Bacrim al no tener ni una vocación contrainsurgente ni un proyecto político, no seria de nuevas generaciones paramilitares sino simplemente bandas criminales emergentes que tienen otros fines. Por lo que queda la pregunta para debatir al respecto.
Tomo entonces de la columna del Espectador una nota de Alfredo Molano que puede dar luces sobre la otra posición, dice que: “La sombra que hoy ronda es el fortalecimiento de las mal llamadas “bandas criminales”, como si fueran muchas y actuaran cada cual por su lado. Lo que hoy se ve, y cada día se verá más claro, es que tienen un mando central y que cumplen una doble misión: exportar coca y poner en cuestión la mesa de negociación. [3]
Pienso que lo difícil es la ya lograda legitimidad que han cogido estas formas de defensa privada  desde la ilegalidad, permeando todo a su alrededor, por medio de redes de narcotráfico, maquinas de monedas y otros juegos de azar, extorsión a comerciantes y transportadores, para nombrar algunas de estas prácticas ilegales. Menciono también la parapolítica que es otra muestra no solo del oportunismo de los políticos sino de la legitimidad que se le da a este para-estado hasta por parte de líderes sociales y del Estado, quienes se suponen deben dar ejemplo de ética y respeto por la legalidad. La relación de este comportamiento con la película Batman, desde el sicoanálisis lo describe en su blog Gonzalo Portocarrero: “El bien de la colectividad aparece para Batman como un fin absoluto en este film; que preserva la vigencia de la figura heroica. ¿Por qué se sacrifica? ¿Culpa y arrepentimiento? ¿Trata de reparar su infidelidad al bien? No parece ser el caso. La razón de su acto está en que Batman evalúa que en ese momento el mejor modo de servir a su comunidad es protegiendo la idea de heroísmo[4]” Batman así como la creación de este Para-Estado es un medio que no contempla justificaciones ni reproches éticos para llegar a ese fin, ya que se ve como un fin en sí mismo que no le importar destruir al diferente y extraño pero de paso lograr poder, dinero, placer y abundancia de manera indiferente con lo que ocurre alrededor, es decir sin pensar en las consecuencias que pueda generar su actuar ilegal como la pobreza, la ignorancia y degradación física y mental (al promover también el consumismo de sustancias psicoactivas y alcohólicas)
Sorprende además que puede ser tanto el apego a esta creación para-estatal, que les asusta de algún modo que se logre una solución al conflicto y se estabilicen las cosas en el país, esto implicaría que la demanda en su negocio de las armas disminuiría y que en el corto plazo también se legalizaran las drogas, acabando con las plazas que controlan los territorios y generan los conflictos en las periferias de la ciudades. Esto además de que al no existir enemigo interno (Que en nuestro caso posicionan como las FARC) ¿Para que un súper héroe más eficaz que garantice seguridad derrotando al enemigo o proporcionando la seguridad que el estado puede brindar al no aparecer en el escenario ese archienemigo? Y este archienemigo no solo son las FARC o el ELN, sino que se puede observar una marcada tendencia de estos grupos con la filosofía cercana al realismo jurídico clásico con enfoques de la neo-escolástica promovida por el Opus Dei que rechazan el libre desarrollo de la personalidad y el progresismo democrático y se enmarcan en la derecha ultra conservadora que busca controlar y sancionar en vez de prevenir y promover garantizando el enfoque de derechos, étnico y diferencial, su modelo de intervención a su vez excluye las diversidades e imaginarios alternos por considerarlos fuera del orden natural.




[1] NOLAN, Christopher (Director) 2008 Batman. El caballero de la noche [película]. Estados Unidos.
[2]. Conflicto armado y Paramilitarismo en Colombia.
[3] . MOLANO, Bravo Alfredo “Once años menos un año” Fuente virtual de la columna en: http://www.elespectador.com/opinion/columna-406489-once-anos-menos-un-ano dice además que “El Gobierno no puede resistir a Los Urabeños en el campo, a Uribe en el Senado y sostener a la vez la mesa en La Habana”

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